Sigo buscando nuevas formas de cocinar el pollo y ésta me encantó. Cuando menos contacto tenga con la asadera más crocante queda, asique lo «senté» en una flanera.
Lo mariné con una pasta de tomates hidratados que preparé así:
1- en un mortero poner una taza de tomates secos hidratados previamente en agua caliente.
2- agregar una cucharada de sal gruesa, una cucharada generosa de aceite de oliva y un ajo.
Machacar hasta tener una pasta.
3- untar el pollo con la pasta, por dentro y por fuera. Agregar ralladura de limón y sal entrefina por afuera.
4- «sentar» el pollo en la flanera, y cocinar en un horno precalentado al máximo.
Además agregué unas cebollas con tomillo y sal, que quedan excelentes!