Si tuviera que elegir una sola ensalada para comer el resto de mis días, probablemente seria esta. Me parece fresca, rica, y con mucho contraste de sabores.
1- En una sarten bien caliente poner una cucharada de aceite de oliva.
Presionar las peras cortadas en mitades con la piel hacia arriba. Dejar que se quemen y darlas vuelta. Reservar.
2- Cortar 2 cebollas en pluma. En una cacerola poner un chorrito de aceite de oliva y transparentar las cebollas. Agregar dos cucharadas de azúcar y una copa de vino blanco. Dejar reducir a fuego bajo por 10 minutos.Enfriar
Enplatado:
En un plato grande poner un colchón de rucula. Sobre este disponer las peras, la cebolla caramelizada y en el centro una burrata.
Con ayuda de un cuchillo abrir la burrata y condimentarla con aceite de oliva, sal y pimiento. Agregar unas almendras fileteadas.
(condimentar el resto de la ensalada a la hora de servir con un rico aceite de oliva.)